El Principio de todas las cosas

El Principio de todas las cosas

mayo 3, 2023 0 Por Julian Ballen
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Arjé

El arjé, arché, arqué, arkhé (griego antiguo: ἀρχή; a veces también transcrito como arkhé) es una palabra griega con sentidos primarios «principio», «origen» o «fuente de acción» ( ἐξ ἀρχῆς : desde el principio, o ἐξ ἀρχῆς λόγος : el argumento original), y más tarde «primer principio» o «elemento». Por extensión, puede significar «primer lugar», «método de gobierno», «imperio, reino», «autoridades» (en plural: ἀρχαί ), «mando». El primer principio o elemento corresponde a la «sustancia subyacente última» y «En el lenguaje filosófico del período arcaico (siglos VIII al VI aC), arche (o archai ) designa la fuente, el origen o la raíz de las cosas que existen. En la filosofía griega antigua, Aristóteles destacó el significado de arché como el elemento o principio de una cosa que, aunque indemostrable e intangible en sí mismo, proporciona las condiciones de posibilidad de esa cosa.

El término griego arché (o arjé) se traduce al castellano como principio. Este concepto tiene mucha importancia en la filosofía presocrática puesto que una de las más importantes preocupaciones de los primeros filósofos fue la investigación del arché o elemento del que se componen todas las cosas. Como habitualmente se señala, los presocráticos concebían el arché al menos con las siguientes características:

  • principio temporal: realidad situada en el principio de los tiempos, a partir de la cual se generó todo lo existente;
  • constitutivo último de lo real: elemento que se encuentra en todas las cosas, por tanto común a todas ellas; es constitutivo «último» porque no se encuentra en la «superficie» de las cosas, en lo visible o experimentable por los sentidos: por ejemplo, podríamos objetar a la tesis de Tales según la cual el agua es el arché que el árbol que veo no es agua, no tiene el aspecto del agua, a lo que Tales argumentaría que, más allá de las apariencias, el agua es el fundamento de su existencia, ya que sin ella el árbol no viviría, por lo que de alguna manera debe estar presente en el árbol para que éste viva;
  • elemento que determina el ser propio de cada ente: las características y procesos a los que está sometido todo objeto están determinadas por el principio del cual está compuesto. Así, por ejemplo, si los principios son el aire, el agua, la tierra y el fuego, como indica Empédocles, el ser y comportamiento de un objeto estará determinado por la diferencia en la composición de estos elementos, es decir, el cuerpo A tendrá propiedades distintas al cuerpo B si A está compuesto fundamentalmente de tierra y B de fuego.

En filosofía, se trata del concepto que intenta dar cuenta sobre aquello que crea al universo. En su concepto, se halla contenida la idea de que el universo tuvo un origen. El universo es visto como la replicación de un elemento primero. Este elemento es el que se halla presente de forma originaria en toda la realidad material. Se comenzó a pensar entre los filósofos de la Antigua Grecia.

Características del arjé

Se creó primeramente en la Grecia Antigua, de la mano de los filósofos de entonces.

Su significado está relacionado al principio de las cosas. No se lo puede entender sin conectarlo con la génesis del universo.

Aristóteles lo percibió como un algo autosuficiente. Es decir, a diferencia de todas las demás, este algo no necesita de otra para su existencia mera.

Era intocable y su existencia no se podía demostrar. Sin embargo, no por ello era menos potente, ni su influencia se dejaba de notar en las demás cosas demostrables.

En el siguiente texto, Aristóteles nos muestra con claridad las características que los filósofos presocráticos atribuían al principio (arché o «arjé») que compone todas las cosas.

La mayor parte de los primeros que filosofaron, no consideraron los principios de todas las cosas, sino desde el punto de vista de la materia. Aquello de donde salen todos los seres, de donde proviene todo lo que se produce, y adonde va a parar toda destrucción, persistiendo la sustancia misma bajo sus diversas modificaciones, he aquí el principio de los seres. Y así creen, que nada nace ni perece verdaderamente, puesto que esta naturaleza primera subsiste siempre; a la manera que no decimos que Sócrates nace realmente, cuando se hace hermoso o músico, ni que perece, cuando pierde estos modos de ser, puesto que el sujeto de las modificaciones, Sócrates mismo, persiste en su existencia, sin que podamos servirnos de estas expresiones respecto a ninguno de los demás seres. Porque es indispensable que haya una naturaleza primera, sea única, sea múltiple, la cual subsistiendo siempre, produzca todas las demás cosas. Por lo que hace al número y al carácter propio de los elementos, estos filósofos no están de acuerdo.

Aristóteles, Metafísica, Libro Primero, III (Biblioteca Filosófica. Obras filosóficas de Aristóteles. Volumen 10. Traducción: Patricio de Azcárate)

Importancia

Se puede pensar que este concepto es uno de los precursores que motivaron las investigaciones existentes sobre el origen del universo. Actualmente, se puede decir que muchas ramas de la física se dedican enteramente a este concepto, y estudiándolo, también se ha permitido el acercamiento a otros fenómenos del universo como son los Agujeros Negros. Uno puede recalcar su importancia partiendo, precisamente, de su poder catalizador. Cataliza el pensamiento y el interés por conocer.

Arche en la filosofía griega antigua

La herencia de la mitología griega ya encarnaba el deseo de articular la realidad como un todo y este impulso universalizador fue fundamental para los primeros proyectos de teorización especulativa. Parece que el orden del «ser» primero se visualizó imaginativamente antes de pensarse abstractamente. En la antigua filosofía griega, arché es el elemento y el primer principio de las cosas existentes. Esta se considera como una sustancia o naturaleza permanente (physis) ya sea una o varias que se conservan en la generación del resto de la misma. A partir de esto todas las cosas llegan primero a ser y en esto se resuelven en un estado final. Esta fuente de entidad siempre se conserva. (Aristóteles-Metaph.A, 983, b6ff). Anaximandro fue el primer filósofo que utilizó archépor lo que los escritores desde Aristóteles en adelante llamaron «el sustrato» (Simplicius Phys. 150, 22). Los filósofos griegos atribuían al arche atributos divinos. Es el horizonte divino de la sustancia que abarca y valora todas las cosas.

Arjé de Anaximandro

Se podría decir que Anaximandro es un filósofo que se distingue de sus contemporáneos presocráticos. Al igual que dichos contemporáneos, Anaximandro también pensó en este concepto filosófico. Sin embargo, se distinguió por el trato que le dio. Uno podría pensar que anteriormente se lo consideró como un concepto ligado a lo concreto, tal como el agua o el aire. Anaximandro lo ligó a algo más abstracto. De acuerdo a este, el arjé era un algo de difícil captura, energía que cohesionaba al universo y que era el principio y fin de todas las cosas.

Arjé de Aristóteles

Resulta la mar de interesante la forma en que Aristóteles le da forma a este concepto. No lo trata, tal como Anaximandro, como algo concreto. Por el contrario, es algo ligado a lo abstracto. Aristóteles es muy elocuente al decir que se trataría de un algo imposible de demostrar y de tocar, y sin embargo, que es la que le da forma a todo lo demás. Se trataría de aquello que no depende de otro para existir, que se vale solo de sí mismo para ser.

Arjé de Pitágoras

Pitágoras fue un tanto distinto a los otros presocráticos. A diferencia de sus contemporáneos, su escuela encontraba el arjé en lo numérico y no en otra cosa. La escuela pitagórica le daba a los números un trato cuasi-divino. Esto implicaba que todos los elementos de la naturaleza se trataban de entender en base a las matemáticas y a las formas en que se manifestaban.

Arjé de Tales de Mileto

Se podría decir que es el más rudimentario entre los filósofos que hicieron tratamiento del concepto. Tales de Mileto pensaban que el agua era el origen de todo. Del agua provenían las cosas, y al agua estas retornarían. Esta postura, pensaba usualmente como algo arcaico, tiene sin embargo sus bases en la realidad que la ciencia ha develado. Gran parte de los organismos vivientes, se sabe, son de origen acuoso, y es gracias al agua que la vida existe en el planeta tierra.

Arjé de Leucipo

Considerado como uno de los principales precursores de las ciencias físicas y químicas, fue uno de los fundadores de conceptos como los átomos. El átomo es visto aquí como un objeto invisible muy pequeño, que al aglomerarse con otros, generan las grandes estructuras del universo. De acuerdo con Leucipo, el átomo es el arjé del universo conocido.

Arjé de Zenón

Uno podría pensar que Zenón es la excepción a la norma entre todos los filósofos hasta ahora nombrados. Zenón siguió, en cierta forma, la tradición de Parménides, quien no percibía una fuente única del universo. Parménides, y por extensión Zenón, pensaban lo contrario: que el universo no tenía principio ni tampoco final.

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