El uso de las tendencias

El uso de las tendencias

abril 2, 2023 3 Por Julian Ballen
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¿Estará el futuro estrechamente guiado por las decisiones del presente?

Según la escuela determinista, los seres humanos somos dueños de nuestro futuro y de nuestros actos, en la medida que aceptamos que estos están prefijados en un “destino” inalterable producto de la cadena de consecuencias de causa y efecto, que en prospectiva generarán consecuencias quizá irremediables que afectarán a las generaciones venideras.

Las creencias en el destino y lo que este conlleva, han sido extendidas en la cultura popular durante siglos de evolución de nuestra especie, llegando a una mitología que coarta la libertad de pensamientos y se convierte casi en algo terrorífico de lo que no se podrá salvar nadie; en esta fácil excusa de las almas sin voluntad, (según Romain Rolland) vamos a encontrar que las tendencias son fenómenos que muestran un comportamiento creciente o decreciente verificable históricamente (Michel Godet). Por lo anterior, al abordar este tipo de prospectiva dentro de un escenario probable poco cambiante y más bien tangible, está implícito el determinismo es su modo más primitivo.

Tratar de diagnosticar el futuro por medio de eventos cíclicos más o menos repetitivos en el tiempo, es creer en el destino y pensar que las estadísticas son algo inamovible y que se puede aplicar en nuestra vida diaria como actores sociales dentro de grandes comunidades en constante evolución; estos son comportamientos que a su vez nos llegan a convertir en personas fatalistas, pendientes siempre de los pronósticos sobre lo que pueda suceder y sin fijarnos mucho en el presente que se va manifestando a nuestro alrededor; enseñándonos una conformidad de la que es difícil salir si durante el transcurso de la existencia, no nos encontramos con personas realmente creativas que llevan a cabo acciones positivas para construir su futuro. Luego encontramos que el diseño de los escenarios anteriormente dichos se trata de algo meramente racional, que poco analizamos y de lo cual se puede llegar a creer que se saldrá de nuestras manos; por lo tanto, de todo entendimiento. Estas situaciones, además de formar y tal vez prever una visión cercana del futuro, ayudan a forjar un carácter adecuado en la forma de enfrentar el presente pensando en el incierto porvenir; estas columnas son: coherencia, pertinencia y verosimilitud; (Michel Godet) cualidades estas que si no existiesen,  nos encontraríamos sumidos en una realidad alterna y utópica donde todo sería mágico y perfecto.

Como la vida no consiste en sucesos imaginarios sino en eventos reales y verificables, sería más sano buscar un equilibrio entre el determinismo y el voluntarismo, que considera la voluntad como la actividad esencial de la especie humana, de la cual dependen todas las demás, lo cual tanto a nivel personal como regional; refiriéndonos a los colectivos sociales,  contribuirá a un mejoramiento y mantenimiento de la salud integral y la calma que se debe conservar al ver la realidad en el presente y creer un poco menos en el destino irremediable.

Por otra parte, y luego de considerar todo lo anterior entre la maraña de pensamientos, probabilidades y tendencias comprobables o no; se encuentra el intelecto, que llega a ser de una forma global, abrumado por aquel grado de determinismo en el cual se encuentra como una luz al final del túnel, un cosmos repleto de tendencias por seguir, creer y constatar en aquella prospectiva que se prefiere limitar dejando poca cabida para la libertad. Algunas personas podrán pretender que es un método factible, confirmando así la estrecha e irreversible hermandad del pasado, presente y futuro para prever quizás una nueva tendencia que guie hacia la felicidad social.

Sociedad que a pesar de estar ligada históricamente al destino se cree con total derecho de juzgar las decisiones de los demás y hacer predicciones acerca del futuro que le espera a cada individuo, que analizándolo de forma holística, se ve y se siente fatal y perdido en un mar de dudas sin permitir absoluta claridad y hasta creando nuevas tendencias, que bajo la prospectiva llegaran a tomarse como ejemplos de vida para no repetirse. Como un caso concreto y tangible se puede encontrar en Latinoamérica, la tendencia al embarazo adolescente; siendo culpable el tabú aquel que los padres no pueden hablar abiertamente de sexo con sus hijos; la consecuencia de ello, va de la mano de la presión social en el colegio y el afán de ser popular y aceptado en el grupo de amigos, trayendo finalmente como recompensa los hijos no deseados y los problemas cotidianos que suelen llegar de ahí en adelante, teniendo en cuenta este caso, se puede decir que ese futuro planificado se perdió y cambio de rumbo, quizá para uno equivocado que no era el planeado o el esperado y esta tendencia es revelada ante nuestros ojos y nuestras mentes, diariamente.

Por lo tanto, en la aplicación de la forma más primitiva y concreta del determinismo, hay poco que prever pensándolo como un método de prospectiva; más bien, la mejor opción será enfrentar las consecuencias presentes con mucha valentía para que las acciones futuras se puedan planear mejor y alcanzar de una forma satisfactoria, produciendo felicidad y alejándose lentamente de ese incierto y fatídico mundo de las tendencias, empezando a pensar y a construir proyectos de vida en una forma más libre con mejores expectativas.

En conclusión, la prospectiva y el uso del intelecto como forma de forjar el futuro; deben estar demasiado ligados a un modo de vida y pensamiento libre e ilimitado, que del mismo modo no vaya a afectar o coartar las decisiones en generaciones venideras, que ciertamente merecen mayor consideración e inclusión para estar alejados de críticas mordaces y destructivas que no llegan a edificar en ningún aspecto la psicología del individuo en desarrollo y busca de identidad. El determinismo en su estado tendencial es de delicado manejo y sería mejor evitar tenerlo como hábito para guiar las decisiones por tomar.

BIBLIOGRAFIA

Lidz Theodore, LA PERSONA su desarrollo a través del ciclo vital, editorial HE, 1980

Casas Albeiro, Los cobardes no van al cielo, editorial AVANZAR, 2013

Mojica Francisco Jose, Determinismo y construcción del futuro, escrito

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