Sobre el olvido de lo que nunca fuimos: Nosotros Mismos

Sobre el olvido de lo que nunca fuimos: Nosotros Mismos

agosto 19, 2023 2 Por Julian Ballen
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«Nosotros no somos terrones de arcilla, lo importante no es lo que se
hace de nosotros, sino lo que hacemos nosotros mismos de lo que han
hecho de nosotros »
Jean-Paul Sartre. Saint Genet, comédien et martyr(1952)

Resumen
Las características propias de las sociedades contemporáneas proponen un panorama más
volátil cada día; a nivel cultural, económico, político, tecnológico e incluso moral. Lo que genera
a su vez unos cambios en la relación humano – naturaleza, pero también del humano consigo
mismo; con su identidad. En este texto se muestra desde una perspectiva histórica, como nos hemos
aferrado a un concepto de identidad para tener una claridad en el entendimiento propio, pasando
desde una noción de esencia metafísica, hasta un conjunto de rasgos o características de una
persona o cosa que permiten distinguirla de otras.

En la actualidad y durante años, probablemente hemos escuchado personas y pueblos manifestar abiertamente que somos en identidad aquellos legados ancestrales que nos heredaron nuestros antepasados. En un momento de mi vida, donde justamente me preguntaba que es la identidad, justamente percibí de nuevo dicha afirmación en una visita académica a la Pequeña Granja de Mamá Lulú en el departamento del Quindío, donde tuvimos una amena charla con Katalina, una de las propietarias y facilitadoras este proyecto de turismo agroecológico; charla en 3 la que además de tocar temas relativos a la producción auto sostenible, el cuidado del medio ambiente y el turismo sustentable, etéreamente hablamos sobre la identidad. A través de relatos personales Katalina nos mostraba como se ha abierto paso en distintas posiciones y roles como mujer campesina y asegura que la veían de alguna forma raro, los representantes de otras culturas al observar que ella no viste un traje típico regional. Kata menciona sentirse campesina y serlo, porque es el legado ancestral que formó su familia y que esto es lo que le permite identificarse a ella de forma única y permanente. Generándome aún más curiosidad sobre este concepto y llevándome a querer indagar de forma teórica, si la identidad se constituye como una sustancia única y permanente proveniente de legados ancestrales, o por el contrario es dinámica y contingente.

Soy porque somos

Imagina algo o alguien que exista, que conozcas, que hayas mirado o tocado, escuchado o percibido, ese algo puede ser de manera definitiva, cualquier cosa. Tomando alguna de estas cosas cualquiera para un ejemplo sencillo digamos que elegiste “árbol” y Andrea”. Tanto árbol como Andrea son conceptos que pretenderemos tengan una relación con lo que comprendemos de ellos a nivel físico, pero ¿te has preguntado de dónde salió ese árbol, o de dónde salió Andrea? Cuando entramos en estos cuestionamientos generalmente tenemos una respuesta simple a la mano, a Andrea la tuvo su mamá Sandra con su padre Andrés. El árbol creció de una semilla que tuvo suerte de cumplir con unas condiciones necesarias para su crecimiento. A su vez es posible que de “árbol” crezcan mas arboles y que Andrea obtenga progenie o no, o que Andrea siembre otro árbol o que el árbol le permite supervivencia a Andrea por medio de sombra y alimento, este tipo de simbiosis que permite que las cosas existan y la vez generen y promuevan la existencia de otras es lo que Donna Haraway llama como “Simpoiesis”.

“Una palabra sencilla que significa generar-con. Nada se hace así mismo” (Haraway, 2019), esto es vital tenerlo en consideración antes de pensar en definir identidad y como nos reconocemos a nosotros mismos, pues adheridos a la mirada de Haraway todos siempre estamos 4 relacionándonos, no solo con nuestra propia especie, sino con todo lo que existe para nosotros, esto nos permite ser, a esto le permitimos ser. Conocemos, pensamos, nos hacemos realidad.1

Luego de hacer una muy pequeña perspectiva sobre lo que es simpoiesis, quisiera que el lector no abandonara este término en el desarrollo del presente texto.

Identidad

Para la identidad podemos hacer un largo barrido teórico sobre como ha evolucionado el concepto a lo largo de la historia. Sin embargo, es necesario presentar la noción de aporía como <> o <> “En sentido figurado, la aporía es entendida casi siempre como una proposición sin salida lógica” (Ferrater, 2004). El concepto de aporía se torna necesario ya que, la intención de este ensayo es precisamente desligarnos de unas nociones estrictas y rígidas de lo que podemos entender como identidad o como podemos percibir identidad en nosotros. Busco dejar claro que no obligare una solución, si no que avanzaremos hacia el camino que tome conveniente al momento de su escritura, los autores que observemos y el interés que tengamos. Entre estos autores, precisamente me encuentro con (Cazales, 2014) para quien;

La identidad es un concepto aporético en tanto que tiene la condición de necesariedad y a la vez de imposibilidad, es decir, es un concepto que es necesario para hablar de algo que caracteriza temporal o históricamente a un sujeto o a un campo disciplinario, pero a la vez, es imposible de representación precisa y definitiva (Navarrete, 2008). En este sentido, la identidad es algo irrepresentable, solo se puede hablar de ella, pero jamás representarla en términos tangibles, definitivos, exhaustivos, ni categóricos. Por ello nos es necesario hablar del término identificación (el cual desarrollaremos más adelante), como un concepto que ayuda o permite entender mejor el proceso de construcción identitaria.

Con la suma conceptual de los dos términos ya presentados de simpoiesis como aquello que se entiende creado y creador de su mismo entorno y aporía como una dificultad para llegar a un fin preciso, revisemos entonces algunas nociones de identidad. 1 Donna Haraway (2019) Seguir con el problema.

El vocablo identidad, con los filósofos clásicos, tenía un único significado, el de su raíz etimológica —latina— identitas, es decir, «igual a uno mismo» incluso «ser uno mismo» o lo que se conoce como principio ontológico (o metafísico) de identidad (A=A) y era utilizado únicamente para hablar de las características, cualidades, atributos propios de un objeto o «del hombre». 2 Así pues, podemos identificar de alguna forma un uso primario u original de identidad, como una referencia de las características de algo o alguien. Lo que corresponde muy fácilmente con el pensamiento clásico donde dichas características son únicas e invariables, permanentes, lo que fue incluso llamado como esencia. Aristóteles en su filosofía primera o metafísica nos dice que el Ser se entiende de lo que es accidentalmente o de lo que es en sí, porque accidentalmente alguien puede ser albañil, pero también profesor, periodista o político; pero en sí es un hombre. Esto significa que el Ser tiene muchos sentidos, se dice de muchas formas, pero formas que participan de una y primera que las unifica: la entidad, o sea, lo que es en sí (Aristóteles, 2014).

Esto genera un inconveniente con el termino de sustancia, al identificar un objeto o persona con una característica fija que no cambia a pesar de las múltiples transformaciones que podemos observar que tenemos tanto los seres vivos. Revisando específicamente los humanos en contemporaneidad comprendemos nuestros contextos sociales, culturales, ambientales y económicos, creemos que estamos atravesados por emociones, creencias, deseos y que en cada momento estamos utilizando todas estas variables para hacer de nosotros lo que pensamos que somos o en palabras de Heidegger, Ser ahí <>. Es el ente que somos en cada caso nosotros mismos y que tiene entre otros rasgos la «posibilidad de ser».

Si revisamos a (Heidegger, 1971) Nos dice que el Dasein es, en cada caso, aquello que él puede ser y tal cual él es su posibilidad. Esto quiere decir que, a diferencia de los entes no humanos, el hombre es lo que él en cada caso, que es proyecto de sí mismo, tarea de su propia realización, es decir, el ser humano, el sujeto, es cambiante, está siendo constantemente.

De lo anterior podemos llegar a dos acepciones, uno; que en lo referente a los seres humanos aquello que los identifica como algo que son o somos no es estático y siempre esta dispuesto en un avance permanente hacia adelante. Adelante en el tiempo, en la historia, en las circunstancias etc. Dos; que la identidad que busca referir unas características de alguien que es, 2 Zaira Navarrete Cazales (2014) ¿Otra vez la identidad? Un concepto necesario pero imposible 6 no puede ser rígida, única o inmutable, pues su objeto de distinción está cambiando dichas características en cada una de sus decisiones.

La identidad se ha establecido como una noción única que denota movimiento, transformación, cambio, suturas temporales y procesos, dicho de otra manera, el sujeto no tiene una identidad predeterminada cuando nace o cuando crece; más bien, la identidad se forma con el tiempo, nunca se realiza por completo.

Así pues, guardando la noción de simpoiesis aplicada a la identidad, donde una red armónica de interrelaciones nos permite ser lo que somos en cada momento. De aporía; que nos permite resaltar que lo dicho en este texto no pretende en ningún momento dar una verdad de carácter absoluto sobre el entendimiento del concepto que estudiamos y por último el Dasein; por medio del cuál nos ubicamos identitariamente en un punto de construcción permanente siendo en cada momento lo que vamos a ser por medio de lo permitido y decidido. Volvamos a Katalina.

Katalina es efectivamente su legado ancestral y a su vez lo que decida ser en cada una de las decisiones que toma diariamente. Esto porque las decisiones que toma en este momento la ubican en una posición y lugar en el mundo que están relacionados con la posición y lugar que tradicionalmente construyó su familia, ya que solo podemos tener identidades con fijaciones temporales en las que decidimos acoger algunos elementos y dejar otros, tomar algunos roles y acciones y dejar otras, observarme, nombrarme, entenderme en esas dinámicas que realizo y que me hacen, que a la vez permiten a todo lo otro ser. En conclusión, el objeto de este texto era alejarnos de una mirada fija de identidad, alejarnos del pensamiento estático, pero también moderno donde la identidad se constituye casi como una aglutinación colectiva de creencias. Nunca olvidamos nuestra identidad, porque nunca fuimos esa identidad pasada. Somos lo que hacemos de nosotros mismos de lo que han hecho de nosotros.3 3 Jean-Paul Sartre. Saint Genet, comédien et martyr(1952)

Referencias
Aristóteles. (2014). La Metafísica . Barcelona: Gredos.
Cazales, Z. N. (2014). ¿Otra vez la identidad? Un concepto necesario pero imposible. revista
comie.
Ferrater, J. (2004). Identidad» Diccionario de Filosofía. Madrid: Alianza editorial.
Haraway, D. (2019). Seguir con el problema. Consonni.
Heidegger, M. (1971). El ser y el tiempo. Fondo de Cultura Económica.

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