
Estrés y la Ansiedad
En el mundo actual, el bienestar emocional se ha convertido en un tema crucial para todos. El estrés y la ansiedad son problemas comunes que afectan a millones de personas y pueden provocar un aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Estos trastornos no solo impactan nuestra salud mental, sino que también pueden tener repercusiones físicas, como problemas cardíacos, trastornos del sueño y debilitamiento del sistema inmunológico. A medida que las demandas diarias crecen, es fundamental que comprendamos las causas y manifestaciones de estos fenómenos, así como desarrollar estrategias efectivas para manejarlos. La identificación temprana y la intervención adecuada son esenciales para promover una vida más equilibrada y saludable, permitiéndonos enfrentar los desafíos cotidianos con mayor resiliencia.

El Estrés, es una respuesta natural del cuerpo ante desafíos y demandas, pero cuando se vuelve crónico, sus efectos pueden ser devastadores. Según la psicóloga Kelly McGonigal, autora de The Upside of Stress, nuestra percepción del estrés influye en cómo nos afecta. Si lo consideramos como una oportunidad para crecer en lugar de un obstáculo, podemos mitigar sus efectos negativos. Sin embargo, es fundamental aprender a identificar los factores que desencadenan estas respuestas en nosotros, para evitar el camino que nos conduce al malestar. Al mismo tiempo, debemos desarrollar herramientas que nos permitan desarticular y comprender nuestro entorno, de manera que el estrés no nos afecte de manera adversa.
La Ansiedad, por otro lado, se caracteriza por preocupaciones excesivas y un estado de alerta constante. Martin Seligman, conocido como el padre de la psicología positiva, enfatiza la importancia de cultivar una mentalidad positiva y resiliente. Seligman sugiere que el desarrollo de habilidades emocionales puede ayudar a enfrentar la ansiedad y el estrés. Sin embargo, Freud menciona que la ansiedad también puede estar relacionada con nuestros conflictos internos o deseos reprimidos, gestionándose así desde nuestro inconsciente. Freud propone tres tipos de ansiedad que pueden hacer que un individuo se sienta atrapado en un ataque de ansiedad: Ansiedad realista: Surge en respuesta a un peligro real en el entorno, lo que lleva al individuo a actuar de manera defensiva. Ansiedad neurótica: Resulta del conflicto en el inconsciente como una forma de temor a perder el control y a ser dominado por impulsos inaceptables. Ansiedad moral: Surge del sentimientos de culpa y temor a no cumplir con las normas morales o éticas. Por lo tanto, será fundamental, tanto para la ansiedad como para el estrés, aprender a identificar los factores desencadenantes que puedan trabajarse desde la terapia.
@Jarvy_medina
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