¿Somos lo que pensamos?
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“El ser humano tiene un cerebro cuyo peso medio se aproxima a 1.200 gramos y tiene entre 12 y 15 millones de células nerviosas. Durante la gestación, las células cerebrales –neuronas– inician la producción de cuantiosas conexiones entre sí. Cada neurona construye miles de conexiones, de manera que al final se forma una red de trillones de conexiones, pero solamente una cantidad limitada de estas conexiones se origina automáticamente, ya que la mayoría se forma al usarse el cerebro. Cuanto más son estimuladas las neuronas, más conexiones se construyen y más grande es en la capacidad del ser humano para pensar”.
Jara
Por muchos años el pensamiento ha causado cierta curiosidad; asimismo, el cerebro humano, por décadas, ha sido tema de estudio, pues es increíble cómo lo que pensamos se convierte en una emoción y, a su vez, esa emoción resulta en una acción, desencadenando así una serie de sucesos que pueden ser positivos o negativos. ¿Pero realmente somos lo que pensamos? Emerson dijo: somos lo que pensamos durante todo el día;demanera semejante, Marco Aurelio también lo mencionó:la vida de un hombre la hacen sus pensamientos. Sin embargo, la cuestión no es sólo pensar, también es la calidad de ese pensamiento. Así las cosas, ¿qué permitimos que entre en nuestra mente?
Cada persona produce 60.000 pensamientos diarios; gracias a estudios científicos se ha podido evidenciar que la mayoría de los pensamientos son negativos y repetitivos, por tal motivo, el cerebro consume alrededor de 350 calorías al día. Imaginemos, entonces, que la mitad de estos pensamientos los sustituyéramos por algo positivo, algo más ameno de lo que solemos pensar en cualquier situación o, por lo menos, en momentos que nos causan algo de ansiedad porque no está bajo nuestro control. Y es eso: pensamos de más, de manera innecesaria; cuando pasa algo que escapa a nuestra voluntad, siempre, lo primero que pensamos es que algo va a salir mal porque no depende de nosotros y, automáticamente, nos programamos para lo peor, pues es mucho más fácil imaginar eventos extraordinarios, negativos, que pensar en positivo.
¿Qué tal si un día decidimos detenernos y evaluar lo que pensamos? Hace mucho tiempo leí un Sutra, de Osho, que dice: Aquieta tu mente, reflexiona, observa. Aquí, Osho nos habla del silencio que no tenemos a causa de tanto ruido, pero no se refiere al ruido externo, si no al ruido de nuestra mente por la cantidad de pensamientos que tenemos a diario. A veces pensamos: ¿por qué todo me sale mal? Nos sentimos deprimidos, sin rumbo, creemos que todo el mundo en nuestra contra, pero ¿qué calidad de pensamientos tenemos?
Esta es la pregunta que debemos plantearnos una y otra vez hasta tener claridad; debemos regresar a nosotros la capacidad de asombro, curiosidad; pero todo llegará cuando la mente esté en silencio y en comunión con la existencia. La mente ruidosa solo nos hace estar desconectados de ella. Tanto ruido nos hace desconectarnos del ahora, de lo que vivimos en el presente, tanto así, que se nos olvida disfrutar de lo que vivimos en el momento, y entonces decimos: olvidé hacer esto y aquello; no terminé de hacer esto que tenía pendiente; tuve un mal día. Porque siempre estamos pensando en lo que nos gustaría que pasara, en lo malo que alguna persona nos hizo, en el dolor que nos causó algo, pero nunca estamos en el momento presente ni lo disfrutamos. Cuando le permitimos a nuestra mente descansar, obtendremos más conocimiento y entendimiento, entre más pensemos estaremos más llenos de basura.
Existen varios tipos de pensamiento como el inductivo, deductivo, interrogativo, creativo, analítico, critico, y Ciencias que estudian el mismo como la Lógica, la Filosofía, la Psicología y la Psiquiatría, por lo tanto hay innumerables ensayos, libros, guías a cerca de este tema “ Como cambiar el pensamiento?” y aunque hayan millones de formas que nos digan cómo hacerlo, si no tomamos la decisión de hacer ese cambio definitivo, nada de lo anteriormente mencionado funcionara, pues la única persona que tiene el poder de hacer que todo cambie somos nosotros mismos, nosotros somos los que permitimos que entra a nuestra mente o no.
(Etecé, 2013-2021)
Como primer paso podemos implementar en nuestra rutina diaria salir a caminar, leer, pintar, hacer ejercicio, concentrarnos en algo diferente, descubrir una nueva habilidad, pueden ser cosas tan sencillas como compartir de lo que tenemos o ayudar a otros, escuchar de manera atenta antes de responder también es un buen ejercicio, no suponer, ante la duda preguntar, pequeñas cosas que hagamos a diario harán la diferencia, y llegara el momento donde sin darnos cuenta ese silencio interno será el que nos dará la paz para que todo nuestro entorno partiendo de nosotros cambie, así que ¿ En qué enfocas tu pensamiento ?
Valentina G.
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